Y yo, Penélope

Otra vez esta estúpida tristeza
Esa certidumbre de encontrar la paz en tus cabellos
Tu viaje interminable que desemboca en la espera
En un gastar continuo de un tiempo milagrero
-patético payaso que me acaricia las horas-
Que te acrecienta el afán de encontrar la verdad entre mis piernas
Y el poema perdido que escribimos desnudos
en un cuarto de hotel

Tu, Ulises ingenuo que vas a la guerra
Carlos Marx te mira desde el Olimpo y suspira
Y yo, poetilla que dibuja versos en el tiempo
Tejiendo la trama del reencuentro futuro

Tú, que por amor te alejas
Dices adiós y esperas que no llore
Te iras con tu tropa de los sueños visados

Tu, rey de una Itaca de parques con palomas
De tardes de tertulia y noches de botellas verdes
Y yo, regenta de un jardín de libros silvestres
Con fuentes de humo y rosas de viento
Andaré en mi pequeño universo sin tus dedos
durante una ausencia demasiado prolongada
Tú, Ulises hermoso, partes
Y yo, viuda de besos, quedo.