-como dirían los filósofos-
vive en un estado de angustia constante:
las manos le tiemblan
su alma suda temores
sus deseos tienen pesadillas
incluso antes de irse a dormir
El sujeto
-ya lo dije-
sueña con el objeto
con su inexorable inexistencia
el sujeto y el objeto se encuentran en un plano onírico
intangible
El primero
incapaz de asir al segundo
con todo el poder de su existencia
duda de su esencia
pone su fe en la nada, claudica
cesa de existir en sí y para sí
y nulifica, ontológicamente
todo este poema.
Mayo 26, 2011
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